Esperanza

Esperanza

domingo, 20 de abril de 2014

Pensamientos abstractos


Somos humanos que buscamos la perfección en el amor, un amor incondicional, Que a pesar de todo siempre este ahí, recordándonos lo hermosa que puede ser la vida... Esa persona que llene nuestro día de luz, de ternura, de comprensión y de afecto. Ese alguien que al iniciar tu día solo pienses en el/ella, que al irte a la cama le desees dulces sueños y que incluso al dormir, le sueñes.

Sea lo que sea, seamos lo que seamos, siempre hay alguien que complementa tu vida a tal punto, que podrías ser y hacer lo que sea por el/ella... No es cuestión de cambiar quien eres, sino de mejorar y evolucionar, para ser mejor cada día y que posiblemente al final del camino, obviamente luego de muchos traspiés, desamores, victorias y derrotas, encanecer con la persona indicada, ver crecer tus nietos; esa princesa de ensueño o ese príncipe azul de cuentos; una larga y feliz vida junto a esa persona.

Pero que nos lleva a mantener la fe, la esperanza de encontrar a la persona indicada? Las innumerables lecciones de vida que nos dicen que nunca debemos perder la fe? La esperanza de que un día llegue alguien que no nos rompa el corazón? En mi caso, hace muchos años perdí la fe, ya no creo en príncipes azules, desconfío del amor y de cualquier hombre que diga: "te amo".

Porque será que a veces esperamos tanto de alguien... los ponemos en un pedestal, les tratamos como dioses, nos desvivimos por cuidarlos, amarlos y consentirlos... pero al final del camino te vas dando cuenta que nada de lo que has podido hacer estaba bien y que aunque lo hayas hecho con el corazón, sigue estando mal!?

Que sucede cuando una mujer así encuentra a su príncipe azul? Ese que creyó perdido hace miles de años luz? Pues se vuelve temerosa y valiente al mismo tiempo, afronta sus propios demonios y se aventura a lo desconocido, en busca de ese ultimo escalón para alcanzar la gloria.  

Como enfrentar esos dilemas, previamente concebidos luego de tantas batallas perdidas? La ventaja de alguien que siempre enfrenta sus batallas, es que nunca se da por vencido, nunca desiste, nunca dice no a una batalla, sobretodo si esa batalla significa su propia felicidad. Es una batalla, no porque te dedicarás a pelear, sino porque censuraras tus miedos y malos pensamientos, le dirás a tu mente que se deje llevar, que confíe, que ame con locura y con pasión, con desenfreno, que aunque no sabemos que sucederá mañana... Tendremos la fiel concepción de que dimos todo por el todo cuando fue requerido.

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